Friday, April 20, 2012

Pintores guatemaltecos en Taiwan





La cultura maya siempre ha despertado la curiosidad y el interés en los ciudadanos de la República de China. Haciendo una especie de paralelismo de sus respectivas trayectorias milenarias, los chinos sienten una especie de afinidad cultural con los mayas. Sus calendarios basados en los ciclos lunares, la interpretación peculiar de los fenómenos naturales por sus pueblos y el colorido de su expresividad artística han acercado espiritualmente a estos dos pueblos milenarios, separados enormemente por la distancia geográfica.







Ruinas de Santa Clara, por Guillermo Arriola Monjes, óleo sobre lienzo, 51 x 61 cm. (2011).




Bajo el sugestivo título, Mística, tótem e impresión: arte creativo de Guatemala, tres renombrados pintores guatemaltecos, Rigoberto Chex Otzoy, Guillermo Antonio Arriola Monjes y César Augusto Fortuny Ardón, muestran algunas de sus más sobresalientes obras en el Museo Nacional de Historia, ubicado en la ciudad de Taipei.

Cofradía de Chichicastenago, por Rigoberto Chex Otzoy, acrílico sobre lienzo, 114 x 152 cm. (2012).

La muestra fue inaugurada formalmente el 17 de abril conjuntamente por el ministro de Cultura y Deportes de Cultura de Guatemala, Carlos Batzin; el director del Museo Nacional de Historia, Chang Yui-tan; el viceministro de Relaciones Exteriores, Simón Shen-Yeaw Ko; y el viceministro de Educación, Lin Tsong-ming.
El director Chang destacó que su institución es muy “maya”, ya que en el pasado ha organizado una muestra de reliquias históricas chinas en Guatemala, así como sendas exhibiciones sobre la civilización maya, en 1987 y 2002. Todos estos eventos tuvieron gran acogida tanto por el público guatemalteco como el taiwanés.
Chang señaló que el Museo Nacional de Historia seguirá promoviendo este género de intercambio cultural a fin de permitir que el pueblo en Taiwan tenga un mejor conocimiento de la cultura e ideosincracia de otros países.
Dirigiéndose al público presente en la actividad, el viceministro Lin resaltó que en sus múltiples visitas a Centroamérica, tuvo la oportunidad de conocer de cerca a Guatemala, quedando sumamente impresionado por su gran trasfondo cultural y actividad creativa.




Tecolote, por César Fortuny Ardón, acrílico sobre lienzo, 80 x 80 cm. (2011).







De su parte, el vicecanciller Ko puntualizó en su discurso la importancia de eventos de esta naturaleza para ayudar al fortalecimiento de los lazos de amistad y la comprensión entre los dos países. También reiteró que la Cancillería siempre está dispuesta a colaborar para impulsar actividades culturales.
En su intervención, el ministro Carlos Batzin, destacó en la importancia de preservar las culturas y tradiciones autóctonas de los países. También criticó a los países más desarrollados que buscar el desarrollo material, pero muchas veces descartan los verdaderos valores culturales. A la vez, recordó al público presente que el 21 de diciembre de 2012 se habrá completado el ciclo del 13 B'aqtun, dentro de la tradición maya, y será el inicio de un nuevo ciclo.
En realidad, la exposición fue abierta al público el día 10 de abril, ya que hubo una gran expectativa por apreciar estas obras de arte de una hermana nación. Como en las otras muestras de la cultura maya, el evento ha atraído la atención del público en general.
Bajo la iniciativa del embajador de la República de China en Guatemala, Adolfo T. Sun; y con el patrocinio de los Ministerios de Educación y Relaciones Exteriores, así como el Museo Nacional de Historia, viajó a Taiwan la delegación cultural compuesta por el ministro Batzín, los tres pintores y un pequeño grupo de prensa.



La presente muestra, que estará abierta al publico hasta el 20 de mayo, puede ser divida en tres partes en términos tanto de sus autores, como del contenido pictórico de las obras exhibidas. Una de ellas nos muestra el entorno del país centroamericano, las otras dos presentan aspectos de su folklore, así como de su naturaleza.
La introducción a la exhibición aparentemente nos la presenta Guillermo Antonio Arriola Monjes, quien muestra en sus obras diversos paisajes de la tierra de los chapines. Arriola Monjes nació y creció en un ambiente familiar rodeado de las artes. Su padre, Víctor Arriola, es un connotado pintor guatemalteco.






Iglesia de Chichicastenago, por Guillermo Arriola Monjes, óleo sobre lienzo, 91 x 122 cm. (2011).









En sus obras, la mayor parte tiene como tema el altiplano guatemalteco, resaltando en forma particular el Lago de Atlitán y las pequeñas comunidades indígenas en sus alrededores. En los últimos años, se ha concentrado en la ciudad colonial de Antigua Guatemala como tema de sus obras. La técnica preferida del pintor es el óleo sobre tela, dotando de un fino realismo en sus obras.
La expresividad estética, lograda a través la mezcla proporcionada de los colores, la vivacidad de los tonos y el cuidadoso manejo de las sombras hacen resaltar sus paisajes a primera vista. La presentación de Antigua Guatemala desde diversos ángulos nos permite realizar una especie de viaje imaginario a esa histórica urbe que ha sabido resurgir de entre sus cenizas como el legendario ave fénix. También resalta el realismo facial de las personas que incluye entre sus obras.
Complementando estos hermosos paisajes, Rigoberto Chex Otzoy nos muestra algunos aspectos sobresalientes del folklore maya. Sus personajes son en su mayor parte mostrados de espalda, sin tener que configurar las facciones del sujeto del tema. Las obras reflejan básicamente las costumbres tradicionales de las comunidades rurales de su país, con un fuerte acento neo-impresionista.




Camino a la Fiesta de Nahualá, por Rigoberto Chex Otzoy, acrílico sobre lienzo, 75 x 53 cm. (2012).








Chex Otzoy, oriundo de Comalapa, Chimaltenango, tiene una trayectoria artística de más de 39 años, concentrándose en la creación de cuadros costumbristas con un estilo moderno. Ha sido esencialmente un pintor autodidacta, consagrado al aprendizaje y descubrimiento, cuya finalidad es mostrar el conocimiento acumulado en una acción demostrativa que aliente a las nuevas generaciones.
Entre sus obras en la actual muestra, varias destacan por su brillante tono amarillo y por el sol que alumbra todo el conjunto del tema tratado. En contraste, la uniformidad de colores en las personas parecen reflejar la simplicidad de la vida y a la vez, la felicidad en medio de la sencillez que caracteriza a los pueblos rurales.
Para sobrevivir, el ser humano debe alcanzar una armonía con la naturaleza. Sin ella, todos estaríamos condenados a desaparecer del todo. La presente muestra integra varias pinturas sobre la naturaleza, o más específicamente, sobre las aves, que siempre han sido admiradas por el hombre debido su vistoso plumaje, su habilidad de vuelo, y en los pájaros, por su hermoso canto.
La trayectoria pictórica de Fortuny Ardón ha sido siempre un mensaje de la defensa del medio ambiente a través de sus temas de flora y fauna, mezclado con sus fondos arqueológicos mayas y aves de Tikal. Es impulsor del ave símbolo de Guatemala, el quetzal; y su obra maestra, El Quetzal Blanco, representa la libertad del ser humano. Como lo explica su autor, esta ave no existe en la fauna guatemalteca ni del mundo, es una creación del artista como símbolo de pureza, transparencia, honradez, dignidad y paz, con anhelo de que surja una nueva esperanza de mejor futuro para el pueblo guatemalteco.
A pesar de la gran variedad temática de sus obras, Fortuny Ardón ha traído en esta ocasión una selección de aves, tanto de su país como de otras partes el mundo. De la avifauna guatemalteca, destacan sus vistosas representaciones del quetzal, guacamayo, tecolote, tucán y pájaro carpintero, siempre antepuestos sobre un fondo de motivos mayas.
El ha creado su propia técnica pictórica, con una exquisita sensibilidad y a la que los más prominentes críticos del arte del pincel han bautizado con el sugestivo nombre de realismo mágico-figurativo.
Con toda seguridad, la presente muestra de creatividad pictórica guatemalteca constituye una oportunidad idónea para que el espectador taiwanés profundice sus conocimientos sobre el legado cultural y la tradición folklórica de ese hermano país. Por otro lado, existe un consenso en torno al deseo de seguir fomentando este tipo de conectividad a través de actividades culturales de excelente calidad y gran variedad expresiva.