Las autoridades cortan la cinta para inaugurar la exhibición Arte en Asia y las Américas: Puntos de encuentro Panamá–Taiwan, en el distrito de Taipei.Con la asistencia de un nutrido público, y con la participación de importantes autoridades locales y extranjeras, se inauguró recientemente en el distrito de Taipei una singular exhibición de pinturas de reconocidos artistas panameños contemporáneos. Denominada Arte en Asia y las Américas: Puntos de encuentro Panamá–Taiwan, la muestra promete ser el inicio de un interesante intercambio en las Artes Plásticas entre Panamá y la República de China.
La ceremonia de inauguración del evento, que se realizó el 10 de abril de 2009, fue presidida por el viceministro de Relaciones Exteriores, Javier C. Hou; el embajador de Panamá ante la República de China; Julio Mock Cárdenas; el rector de la Universidad Nacional de Artes de Taiwan, Huang Kuang-nan; el ex director general del Instituto Nacional de Cultura de Panamá, Reinier Rodríguez Ferguson; así como representantes del Gobierno del Distrito de Taipei, y la Asociación Soka de Taiwan.
Esta sobresaliente muestra del arte panameño se realiza bajo los auspicios de la Embajada de Panamá ante la República de China, la Oficina Comercial de Centroamérica, el Gobierno del Distrito de Taipei, la Asociación Soka de Taiwan y la Universidad Nacional de Artes de Taiwan. Los aspectos técnicos de la exposición están bajo la supervisión del Ministerio de Relaciones Exteriores y el Ministerio de Educación de la República de China; y cuenta con el patrocinio de
Jinn Yang Paper Co., Ltd. y
Chi Lin Technology Co., Ltd.
La exhibición estará abierta al público en la Galería del Gobierno del Distrito de Taipei, ubicada en la ciudad de Banqiao, en los suburbios de la Ciudad Capital, hasta el día 26 de abril. De allí, será trasladada a la sureña ciudad portuaria de Kaohsiung, donde será presentada en el Centro de Arte de Yancheng, que pertenece a la Asociación Soka de Taiwan. En Kaohsiung, estará abierta al público del 9 al 23 de mayo. Finalmente, las obras de arte panameñas serán retornadas al norte de la isla, donde se montará una tercera exhibición del 26 al 31 de mayo, en la Galería Gran Vista del Museo de Arte de la Universidad Nacional de Artes de Taiwan.
En este evento estuvieron expuestas un total de 24 obras de tres eminentes pintores panameños: Manuel Chong Neto, Ricaurte A. Martínez Robles y Eduardo Antonio Navarro Quelquejeu. Este trío de pintores representa tres generaciones de artistas istmeños, cada uno con su particularidad creativa.
Si bien el tema de las “gordas” ha predominado en la pintura de Manuel Chong Neto, al artista le gusta pintar de todo, especialmente bodegones y dibujos. Representando a la generación más antigua tenemos a Chong Neto, cuya presencia artística en la muestra resulta especialmente significativa, ya que el pintor es de ascedencia china. Por esa razón, además de su enfoque estético particular, Chong Neto también es un claro ejemplo de la herencia de la Diáspora China en Panamá.
En términos artísticos, Chong Neto es una especie de sincretismo entre Occidente y Oriente. Su formación artística en Panamá y México, que fue durante los años bajo la influencia de los vanguardistas radicados en Nueva York, le ha impartido un estilo neorealista que ha permitido su reconocimiento como uno de los pintores más importantes de Panamá. El pintor recurre a la figura moderna y contemporánea para lograr planos yuxtapuestos, donde el hombre y la historia se rinden ante la determinante influencia femenina.
Las “gorditas” del autor parecieran ser reminiscencias de las pinturas tradicionales y las esculturas estilizadas de la dinastía Tang (618 – 907), uno de los períodos dinásticos de China donde más florecieron las artes y la cultura. Es obvio que la representación de la mujer obesa, que era la obsesión y la norma aceptada de belleza en esa antigua dinastía, por Chong Neto es más contemporánea y vivaz en sus poses y temas.
Por razones personales, Manuel Chong Neto no pudo viajar a Taiwan y asistir personalmente a la inauguración de la exposición. Sin embargo, el veterano pintor podría ser considerado como uno de los primeros ejemplos de los enlaces artísticos y culturales sino-panameños.
Los chinos, que llegaron a Panamá a mediados del siglo XIX para participar en las obras del ferrocarril transístmico, y posteriormente del Canal de Panamá; se quedaron en su mayoría en ese nuevo hogar adoptivo. Un siglo y medio después, los panameños de ascendencia china se han convertido en parte intrínseca de la nacionalidad panameña, de su ideosincracia y de su sincretismo humanístico. Ellos tienen una participación activa, y muchas veces sobresaliente, en los diversos campos del ámbito profesional y social del país istmeño.
En cuanto al maestro Ricaurte A. Martínez Robles, quien actualmente es rector de la Universidad del Arte Ganexa en Panamá, representa la generación madura, con una concepción abstracta de la naturaleza. Sus obras son una especie de defragmentación del tema en forma esenciales, creando finalmente un mundo propio suyo basado en geometrías de líneas prismáticas sugestivas junto con fuertes trazos de color y forma.
Señalando detalles en su obra Trogones, Ricaurte A. Martínez Robles explica el contenido de sus pinturas exhibidas en la muestra. Habiendo iniciado su formación plástica con la acuarela, Martínez Robles ha impulsado su creatividad para presentar temas al óleo y en acrílico. De un inicio fiel a los aspectos naturales, el pintor ha pasado a presentar la libertad de temas delicados e íntimos, tomados de la copiosa fauna y flora de la selva tropical panameña.
Explicando el contenido de un obra suya,
Trogones, que para el autor es una de sus preferidas, Martínez Robles nos resumen su estilo propio: “Son obras muy espontáneas. Todas mis obras son muy espontáneas, con pinceladas muy fuertes, logradas casi de una sola vez. Diría que sin pensar mucho, porque transmiten una fuerza innata, que nace de mí y va a través de la mano al pincel, y de allí directo al lienzo. Son cosas que capto de la Naturaleza y cuando uno es sensible a la Naturaleza y a todo lo que nos ofrece, se capta momentos que van cambiando. Y siempre cambian, debido a que la luz cambia mucho también. Sin embargo, es el momento preciso es el que logro captar. Una vez capturado, entonces lo paso al lienzo, a la tela, al papel, a lo que tenga en las manos”.
Tras muchos años de experiencia con la acuarela, Ricaurte Martínez Robles procura presentar la naturaleza viva del trópico, que en muchas instancias pasa desapercibida en sus detalles más mínimos. Así, muchas de sus obras son una versión magnificada de la vida, donde las líneas abstactas de su pintura parecieran cobrar vida, en medio de la frescura, el brillo y el rocío del entorno natural que las rodea.
“Todo lo que es fauna, más que todo. Es tan rica la fauna que tengo una colección completa que se llama
El Jardín de las Hadas, por ejemplo, y cuando Usted ve la colección, se imagina que me fui al bosque o quién sabe a dónde para pintar. Pero, en realidad es un jardín muy pequeño que tengo en mi casa. Es muy rico y con muchos colores, muchas plantas diferentes, y de cada rincón o de cada cosita pequeña que haya es mi jardín yo puedo sacar una obra de arte”, nos explica acerca de su preferencia en la selección de temas.
El pintor es esencialmente un creador espontáneo, que se inspira en el acto, de lo que ve, de lo que siente, de la naturaleza que transpira alrededor suyo. Fuera de la galería de arte donde se exhiben sus obras en el distrito de Taipei, había una exposición nacional de orquídeas. Allí, se siente inspirado instantáneamente, y al respecto, comparte con nosotros su sensación del momento: “Hoy ví la exposición de orquídeas que está acá afuera y como había comprado papel de arroz, tinta, pinceles y demás, aproveché cuando llegué al hotel a cambiarme y en cuestión de diez minutos, hice ocho
sketchs (esbozos). Tenía ganas de pintar. Me motivó mucho la exposición de orquídeas e hice los
sketchs y allí los tengo”.
Representando a la generación más joven, tenemos a Eduardo Antonio Navarro Quelquejeu, un artista autodictada que empezó a pintar cuando apenas tenía 15 años de edad. Sus obras iniciales, imitando los estudios anatómicos de los maestros italianos del Renacimiento clásico, fueron inspiradas en la figura humana, vistas desde su composición interna.
De la figura humana, el pintor ha pasado a la representación del caballo en el proceso evolutivo de sus obras. Con un trasfondo equestre que proviene de la tradición familiar de la cría de caballos, Navarro Quelquejeu ha sentido un gran interés por la anatomía equina desde hace mucho tiempo.
“En mi obra trato de emular el espíritu libre de los caballos salvajes, de los “mustangs”. Ese espíritu de los caballos salvajes de antes, ahora ya no existe. Los caballos los crían (ahora) para propósitos específicos; para la granja, para polo, para carreras, para mil cosas menos para que sean animales libres. Eso es lo que trato de plasmar en mi arte, donde como notará, los caballos míos son explosivos, están en el aire, mordiendo, están pataleando”, así describe el pintor el significado de sus obras expuestas en esta ocasión en Taiwan.
Antonio Navarro Quelquejeu junto con una de sus obras sobre anatomía analítica del caballo. Sus descripciones pictóricas del caballo son altamente figurativas, pero dotadas de una gran fuerza expresiva. Con respecto a su particular estilo de presentar la figura equina, Navarro Quelquejeu nos explica: “He pasado de la figura perfecta del caballo para llegar a estudios musculares, estudios de huesos, para lograr una estructura que sea cada vez más energética, y menos rígida, dándole una soltura cada vez mayor”.
En una exhibición de sus obras en 2002, la crítica de arte Angeles Ramos Baquero resumió sus obras sobre el tema del caballo con una sútil relación con el arte oriental: “Desde las artes decorativas de la China antigua, han tomado su más evidente inspiración las obras de arte de Navarro”.
Tratando de encontrar una posible relación estética entre la representación del caballo en Occidente y Oriente, le preguntamos a Eduardo Navarro Quelquejeu si ha visto alguna obra de pintura china con el tema equino, y el artista nos responde: “Sí, los he visto. Me encantan. Siento mucha afinidad (entre tales obras y las mías), sí, mucha afinidad. De hecho, quiero ver, cuando visite el Museo Nacional del Palacio, un obra del pintor italiano Guissepe Castiglioni, llamada
Los Cien Caballos. La he visto en fotos, pero quiero verla en vivo. Es un pintor extranjero, pero pintó caballos chinos. Yo he pintado un par de caballos chinos, que me lo han pedido en Panamá, y realmente, me encantan”. En pocas palabras, Navarro Quelquejeu ha sido descrito como una ejemplar mente creativa que se vale de diversos recursos para lograr cada una de sus pinturas.
Complementando la muestra artística, los organizadores han instalado un pequeño pabellón para presentar algunas características sobre Panamá, incluyendo hermosas vistas de su encantador paisaje, artesanías y música típica. La exhibición permite al público en Taiwan apreciar un poco la riqueza, la diversidad cultural, el candor y el encanto del arte panameño.